08/10/2025 - PROVINCIA DE BUENOS AIRES SUDOESTE BONAERENSE: MENOS SUPERFICIE DE SIEMBRA PARA LA FINA, PERO CON RINDES PROMETEDORESAunque la campaña de cultivos de invierno muestra una fuerte reducción en la superficie implantada respecto al año pasado, las parcelas que lograron consolidarse —especialmente en el sur bonaerense— exhiben muy buenas condiciones de crecimiento y proyecciones de rendimiento por encima del promedio. ...LEER MÁS ... De acuerdo con los últimos relevamientos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca (BCP), la superficie destinada a trigo y cebada cayó entre 30% y 50% en relación con la campaña anterior, particularmente en los partidos de Olavarría, Azul, Bolívar, Hipólito Yrigoyen, Pehuajó y Carlos Casares. La disminución es más pronunciada en las zonas cercanas a la cuenca del río Salado, donde además se registraron pérdidas adicionales del 10% al 15% por inundaciones posteriores a la siembra. En contraste, los cultivos implantados más al sur y al oeste del área de influencia muestran un panorama muy distinto: presentan excelente desarrollo vegetativo, buena sanidad y un manejo sostenido de fertilización nitrogenada, impulsado por las expectativas de altos rendimientos. Actualmente, las cebadas y trigos más tempranos ya comenzaron la etapa de espigazón, mientras que los lotes sembrados en fechas más tardías continúan en macollaje. Con las últimas lluvias, comenzaron a detectarse enfermedades foliares como manchas, royas y ramularia, aunque sin presencia de focos importantes hasta el momento. Para octubre, los pronósticos climáticos anticipan precipitaciones acumuladas entre 10 y 50 milímetros, con mayor concentración en el centro de la provincia de Buenos Aires. En esa misma zona, se mantiene un riesgo de heladas del 95%, lo que podría incidir en el desarrollo final de los cultivos. Impacto de las lluvias en las reservas hídricas y los cultivos de fina. Dejaron importantes aportes hídricos en gran parte del área de estudio, generando un quiebre en la evolución de las reservas de agua. Sus principales consecuencias serían: Disponibilidad hídrica: la recarga fue positiva en sectores que venían con déficit (oeste bonaerense y este pampeano), permitiendo sostener el desarrollo de los cultivos de fina. Sin embargo, en áreas donde ya se registraban reservas abundantes (zona norte y centro-este), los excesos generan un escenario de saturación. Condición de los cultivos de fina: el exceso de agua puede derivar en anegamiento de lotes, pérdida de plantas por asfixia radicular y limitaciones para la aplicación de fertilizantes o tratamientos sanitarios. En casos puntuales, podrían observarse daños en macollos y retraso en el crecimiento por estrés hídrico. Retraso en la siembra de maíz temprano (con posible incremento de planteos tardíos de soja o maíz de segunda). Logística y suelos: caminos rurales con dificultades de transitabilidad, complicaciones en el acceso a los lotes y posible retraso en labores agrícolas. Además, la permanencia de agua en superficie incrementa el riesgo de compactación de suelos en operaciones posteriores. Sanidad: el aumento de la humedad relativa y la persistencia de suelos saturados elevan la probabilidad de aparición de enfermedades foliares y de raíz en trigo y cebada, lo que exigirá un seguimiento cercano. En síntesis, aportaron un alivio necesario en zonas deficitarias, pero también generó nuevos desafíos en áreas donde la humedad ya era elevada. Su impacto final dependerá de la evolución de las precipitaciones en octubre y de la capacidad de drenaje de cada ambiente. |
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