Su trayectoria incluyó cine picaresco y comedias populares, como Tachero nocturno (1993) y Pasión de multitudes (1995). Más tarde se animó a la conducción televisiva con Fanáticas, un ciclo femenino sobre fútbol que se mantuvo siete años al aire. En 2014 denunció públicamente conductas de acoso del actor Tristán durante una filmación y una obra teatral, un episodio que marcó un punto de quiebre en su relación con el ambiente artístico.
En la última década, Reichardt orientó su perfil hacia el activismo animal, con Amores Perros, un programa sobre cuidado y adopción responsable de mascotas que hoy se emite por la TV Pública. Allí reconoce que cuenta con financiamiento externo, pese a que en reiteradas oportunidades expresó su rechazo al sostenimiento de proyectos culturales con fondos estatales.
En paralelo, comenzó a mostrarse cada vez más activa en política a través de sus redes sociales, donde desde el inicio del gobierno de Javier Milei comparte mensajes de apoyo al mandatario y a referentes libertarios. “Fue el mejor voto de mi vida. Cada día me levanto con esperanza”, publicó recientemente, en alusión a su respaldo al presidente.
El lugar que ocupa en la lista no es menor: si Espert es finalmente bajado de la candidatura, Reichardt pasará a encabezar la boleta bonaerense. Esa posibilidad la convertiría en la principal representante de Milei en la provincia para la elección legislativa, un salto inesperado para alguien cuyo recorrido público estuvo siempre más vinculado a los sets de televisión que a los recintos parlamentarios.
Madre de dos hijos, Martina y Juan Marcos, a quienes mantiene fuera de la exposición pública, Karen Reichardt encara ahora un nuevo desafío en su carrera. De la televisión a la arena electoral, su historia es la de una artista que supo construir notoriedad en la cultura popular y que hoy busca traducir esa visibilidad en capital político.