Ante este panorama, crecen los cierres de jugueterías y los despidos. Ya se perdieron 1.600 puestos de trabajo en el sector. En un contexto complicado, 5 casos de jugueterías que tuvieron que bajar las cortinas.
En Trelew, Chubut, está por cerrar en pocos días más, la juguetería más emblemática. Se llama Lilian, está ubicada en 25 de mayo al 400. Su dueño es Rubén Cambra, hace más de 50 años que venden juguetes, pero la falta de ventas los obliga a bajar la persiana. La familia es conocida por todos, hace 70 años que son comerciantes, antes vendían ropa.
“El negocio ya no funciona como antes, lo mismo les pasa a todos. Pasan días y no abrimos caja. Estamos liquidando todo y cerramos a fin de año. Hace más de un año que decidimos no comprar más mercadería. No es el único local que cierra en Trelew, somos varios”, contó Cambrá al medio BAE Negocios desde el sur argentino.
Para la ciudad es una gran tristeza, muchos que hoy son grandes, iban a la juguetería desde chicos a pedirles a sus padres juguetes. Pero todo se complicó, las ventas cayeron mucho, él está mayor y ya no puede seguir.
En marzo del año pasado, cerró en la misma ciudad, una sucursal de la juguetería Avenida ubicada en Hipólito Yrigoyen 868. Raúl Mancinelli, el dueño, decidió concentrar todo en otro local de Hipólito Yrigoyen 2342. Sus padres habían iniciado la venta en ese local en 1962.
“Los motivos están ligados al vaivén económico. Últimamente han cerrado varios comercios. Además han cambiado los hábitos de consumo”, dijo hace casi 10 meses.
Hace casi un año, Rosario pasó por lo mismo. La librería y juguetería La cubana que estaba en Córdoba 1063 hace más de 40 años cerró. Comenzó siendo una cigarrería, luego sumó librería y juguetería. Tenía uno de los locales con más metros cuadrados de la peatonal y esta empresa familiar conducida por la tercera generación no resistió y decidió achicarse y concentrar todo en Reconquista y Alberdi.
Desde la Cámara del Juguete suman más datos. Cuentan que en Escobar, cerró en octubre pasado, la juguetería Rossier con 37 años de historia. Estaba ubicada en Rivadavia al 500, frente a la terminal de ómnibus. Sus dueños decidieron poner el candado y vender online, así se ahorran bastantes gastos.
Los cierres se replican en el conurbano y en el resto del país. Halago’s era una juguetería muy conocida de Quilmes. No pudo contra la caída de ventas y los cambios de hábito y bajó la persiana.
Hay más historias, pero es difícil relevarlas a todas. “Una radiografía del sector indica que hay 3.000 puntos de venta en todo el país. No son sólo jugueterías, son comercios que a veces suman el rubro librería. Hay 500 locales de grandes cadenas de juguetería y el 30% de los juguetes que se venden se comercializan en supermercados. El sector industrial daba trabajo a 8.000 personas entre directos e indirectos, hoy quedaron apenas 6.400. Se perdieron 16.000 puestos de trabajo, un 20% de toda la mano de obra”, explicó a BAE Negocios Julián Benítez, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara Argentina del Juguete.
Sobre el impacto en el sector señaló “tenemos una caída del 20% promedio en las ventas y los comerciantes no registran el repunte esperado. Algunas jugueterías cierran y pasan a la venta online. Cuesta competir cuando el 30% ingresa al país a través de maniobras desleales de comercio ya sea por contrabando o por declarar una posición arancelaria diferente”, explicó Benitez.
El día del Niño representa un 60% de las ventas totales del año, la Navidad un 25% y Reyes un 10%, pero no hay ningún indicio que los esperance con una mejora.
Quiénes consumen juguetes
Con la fuerte baja en la natalidad, sumado a la conexión constante a los juegos online y a las tecnologías, cambió el público. Desde la Cámara del Juguete explicaron: “Las ventas están concentradas en la primera infancia de 0 a 3 años, y 4, 5 y 6 años en todo el AMBA y centros urbanos. En el resto del país hay chicos que tienen 7 u 8 años que todavía juegan con juguetes, viven con otro ritmo. El 40% de nuestras ventas se concentra en chicos de 0 a 3 años”.
El gran dilema es cómo competir con lo importado que entra sin control y es mercadería que no es evaluada. No se trata sólo de ventas, sino también de la fiscalización de seguridad de los juguetes, si es apto para un pequeño. “Argentina tenía el máximo nivel de protección del 35% con el Mercosur, envalentonado tras el triunfo, Javier Milei bajó el porcentaje a 20% de arancel externo común. Esto genera mayor margen de ganancia a los importadores. La mercadería que entra supera la del 2018, siendo que había consumo en esa época y ahora no. Este año, hay 530 empresas importaron juguetes, lo que representa 331 más que en 2024”, explicó.
La CAIJ solicitó una serie de medidas al Gobierno: “Fortalecer los controles en las fronteras, especialmente ante el incremento de importaciones y el ingreso de artículos sin certificación. Exigir que todas las publicaciones en plataformas incluyan el marcado de conformidad. Asegurar trazabilidad e intensificar la fiscalización en todo el territorio, tanto en comercios físicos como en canales online. Controlar las importaciones de bajo valor y subfacturadas, que ingresan sin certificación, distorsionan los precios y generan evasión fiscal. Garantizar condiciones de competencia equitativas entre la industria nacional y los importadores formales”.
Sobre el reclamoque es tendencia: la reforma laboral, también opinaron “se que está de moda la reforma laboral, acá en el sector son Pymes familiares y se conocen hace 20 años y cuando hubo demanda no había problemas laborales. No es la panacea la reforma laboral”, señaló Benítez.
Pidieron a todos los que compren juguetes que traten que sean de industria nacional porque “combinación de mercado saturado, controles insuficientes y productos de bajo valor sin trazabilidad“ lleva a la industria a ”niveles extremos de capacidad ociosa y “pone en riesgo tanto a la producción nacional como a los importadores formales que sí cumplen con los estándares requeridos”.
La competencia es feroz en el sector, hasta locales de Once que son armerías vendían juguetes importados para el día del niño. Las ventas de fin de año, marcarán que jugueterías quedan en pie y cuáles se ajustan o cierran.


