Los trabajadores, que habían decidido suspender una retención de tareas tras una audiencia en Rosario, volvieron al límite de la paciencia. Hasta ahora, solo se cubrió el salario de abril en cuotas, y no hay fecha cierta para el cobro de mayo. La falta de insumos y materia prima mantiene frenada toda la operatoria y refuerza la sensación de que la situación está lejos de normalizarse.
Uno de los factores que más condiciona la reactivación es la ruptura del vínculo con los tambos proveedores, que dejaron de enviar leche cruda ante la falta de pagos y la incertidumbre sobre la cadena de cobros. A esto se suma la falta de insumos básicos, como envases y materiales de producción, lo que impide retomar la actividad incluso en caso de llegar a un acuerdo con el gremio.
Según los registros actualizados del BCRA, la empresa acumula es cheques rechazados por más de $1.300 millones, un dato que grafica la delicada situación financiera que atraviesa. Aunque gran parte de los rechazos previos fueron regularizados, como ocurrió a comienzos de año, el nuevo salto en la mora refleja problemas estructurales de caja y una pérdida de credibilidad financiera que hoy aleja a posibles proveedores y entidades de crédito.